Uno de los aspectos que hacen exitosa a una organización es su sentido de propósito. Sin un objetivo claro, un trasfondo que motive los esfuerzos de quienes la componen, la organización no logrará avanzar, sino que retrocederá, al punto de estancarse.
Medir el rendimiento de la organización es una estrategia acertada, digna de un liderazgo sólido. La perspicacia y la proactividad son clave para optimizar los resultados de la empresa. Existen indicadores de desempeño que le ayudarán a identificar las fortalezas y áreas de oportunidad de tu organización, a través de uno de sus más importantes componentes: los colaboradores.
En esta entrada, te presentamos cómo medir el desempeño de tu empresa.
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Cómo medir el desempeño de tu empresa: Matriz de Talento 9 Box:
El Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE) sostiene que los indicadores de desempeño en una empresa ‘’promueven la alineación’’ y ‘’dan claridad de rumbo al personal en todos los niveles,’’ fortaleciendo sus valores y aumentando su rendimiento.
Es por eso que es importante evaluar la solidez y productividad de los colaboradores. No solo a través de la salud financiera de la empresa o la armonía del equipo, sino por medio de una metodología específica que arroje resultados transparentes y objetivos. Una Matriz de Talento 9 Box, también conocida como 9-Box-Grid, es la herramienta ideal para lograrlo.
Este método consiste en crear una matriz, como su nombre lo indica, de 9 cajas. El eje horizontal representará el desempeño del personal y, el eje vertical, su potencial de liderazgo.
La matriz estará dividida en tres grandes grupos, con niveles o subcategorías particulares. Cada uno de los colaboradores será posicionado en un lugar específico de la matriz, según su rendimiento:
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High performers:
Son aquellos que muestran un alto desempeño. Es un grupo reducido que se alinea, casi de manera perfecta, a la cultura y valores de la empresa. Son considerados líderes naturales.
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No performers:
Son la antítesis de los high performers. No cumplen con sus metas y se oponen a la misión y valores de la empresa. Tienen un nulo potencial de liderazgo, mostrando conductas insostenibles para el resto de los colaboradores y para la empresa misma.
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Los de en medio:
Son casos complejos, que no se ubican en ninguno de los extremos. Cumplen con sus metas y objetivos, pero representan un riesgo para la cultura organizacional. Implementar sesiones de coaching o mentoría resulta necesario para remediar esta discrepancia.
Ve nuestro video: Tips para motivar a tu personal
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